GERNEY RIOS GONZALEZ
riosgonzalezgerney@gmail.com
Concepto bifocal GRAN-Brasil
No es un secreto el espíritu soberano que anima al Brasil, ni a política de consolidación brasilera en la Amazonia, lo cual ha traído como resultado un estrategia de desarrollo en la zona, que obedece a una concepción geopolítica, con un punto focal: Brasilia.
Los intereses de Colombia y los países bolivarianos demandan que esta visión sea contextualizada y en consecuencia:
- Debe promoverse la concepción que el desarrollo de la Amazonia está fundamentado por dos polos y un eje. Los dos polos son los Andes con sus centros de producción y Brasil con los suyos. El eje común, el Río Amazonas.
- Y así como Brasil aspira a lograr su salida al Pacífico cruzando los Andes, también las comunidades bolivarianas pueden buscar su puerta al Atlántico atravesando el Amazonas.
El Tratado de Cooperación Amazónica y Grupo Andino
Para auscultar el Amazonas, es preciso analizar el Tratado de Cooperación Amazónica y el Grupo andino. A finales de 1989 se buscó afanosamente, por la presión internacional, que se dilucidara el alcance de este Acuerdo Amazónico firmado por Brasil, Colombia, Bolivia, Ecuador, Venezuela, Perú, Surinam y Guyana, el 3 de julio de 1978.
El tratado se estableció para trabajar en forma conjunta por la protección de la mayor reserva mundial de bosques naturales del orbe. Así el Pacto Amazónico despertó de sus 10 años de profundo sueño y adopto funciones precisas: Brasil financiará estudios de inventario sobre flora y fauna; Venezuela realizara análisis sobre la biodiversidad de la zona y su dinámica poblacional; Perú estará encargado de los recursos hidrobiológicos; Bolivia de armonizar las legislaciones nacionales en torno del área y Colombia de la gestión de las regiones ecológicas protegidas.
En Colombia durante un seminario se planteó el tema “Futuro de la Amazonia… a 10 años del nuevo milenio” y otro con el titulo de “Mundo Andino al Bosque Húmedo”. Se abordo el complejo problema de la colonización campesina y se concluyó con el lamentable espectáculo de la desincronización en el país para tratar de articular el trabajo de los diferentes sectores académicos dedicados al estudio de esta problemática con el sector gubernamental y las comunidades regionales. Se analizó como el espacio andino y su campesinado son actores centrales del desarrollo latinoamericano y como el proceso de colonización de la Amazonia se realiza de manera indiscriminada, destruyendo bosques para sustituirlos por parcelas que no logran un rendimiento aceptable después de la primera cosecha, o que definitivamente terminan abandonadas o dejadas en pastizales y rastrojo para s venta a la inversión latifundista.
La colonización amazónica no resuelve por si los problemas del campo colombiano ni disminuye, en el mediano plazo, la tendencia a la concentración poblacional en las ciudades. Los costos sociales los llevan los colonos y los nativos indígenas, ancestrales pobladores que ven devastadas sus tierras. La colonización esta fundamentada en la coca y el oro, lo que en tiempo pasado fue la quina, el caucho: simultáneamente se explota la ganadería y el petróleo y no disminuye el tráfico de maderas y pieles. El gobierno colombiano carece de cifras definitivas sobre la destrucción de bosques, pero los datos parciales arrojan un millón de hectáreas anuales.
La particularidad de la Amazonia colombiana es que contiene buena parte de las especies del planeta. Entre tanto, las naciones industrializadas que exterminaron sus bosques en pro de su tecnoeconomía consignan datos sobre la importancia del ecosistema del Amazonas, y persiguen con ansiedad sus recursos de petróleo o flora. Varias ciencias intervienen en el estudio de Amazonas: ecología, genética, biología molecular, bioquímica y todas ellas tendrían un inmejorable campo de acción en el banco genético más importante de la Tierra, por la profusión de toda suerte de productos que la industria y el comercio de las grandes potencias vive buscando afanosamente.
El Tratado de Cooperación Amazónica se ha presentado como un esfuerzo autónomo de los Estados que lo constituyen; y a nivel oficial, como una respuesta a las retenciones internacionales de entrometerse en algo que nos es propio: la autodeterminación y soberanía territorial en la región y la cuenca del Amazonas. Un pacto que en esencia se aleja del modelo de desarrollo impuesto: la internacionalización de la economía.
¿Y cuál fue la chispa que suscitó la importancia amazónica a nivel internacional? Simplemente el temor mundial entorno a la destrucción del bosque tropical amazónico, con graves consecuencias para el ecosistema del planeta, lo cual provocó diversos pronunciamientos en los países industrializados para proteger una de las más grandes, o quizás -la única que queda-, riqueza natural del planeta.
Este problema ha sido calificado como“una de las más grandes tragedias de la historia” y la Revista “Time” incluyó en su edición del 18 de septiembre de 1989, un artículo bajo el título ‘Torching the Amazon”.
El Tratado lo suscribieron los países andinos junto a Brasil, Surinám y Guyana, con la convicción que la deuda externa es la que obstruye no sólo el porvenir de la Amazonia sino la integración de América Latina, con una precisión geográfica: la región Amazónica es ligeramente mayor que la cuenca del Río Amazonas, con una- superficie total de 7’186.750 km2, de los cuales 6.3 millones son de área forestal.
La selva amazónica representa el 56% del total mundial de bosques latifoliados; y aproximadamente el 3% del área, o sea 22 millones de hectáreas, ha sido declarada zona protectora, a la cual deben sumarse las reservas nativas o indígenas.
La deforestación hasta 1985, con la tesis económica demoliberal manchesteriana del dejar hacer- fielrnente practicada por gobiernos demoliberales y dictaduras militares- era estimada en 79.6 millones de hectáreas (12,6% del área forestal). Durante la década de los
años 80 se perdieron en la región unos 5.7 millones de hectáreas anuales. De los territorios deforestados, sobre todo por los flujos de colonización descontrolada, el 1.5 por ciento sufre la desertización de los suelos, principalmente al pie de monte y las sabanas, caracterizadas por las llanuras secas y la vegetación baja.
años 80 se perdieron en la región unos 5.7 millones de hectáreas anuales. De los territorios deforestados, sobre todo por los flujos de colonización descontrolada, el 1.5 por ciento sufre la desertización de los suelos, principalmente al pie de monte y las sabanas, caracterizadas por las llanuras secas y la vegetación baja.
En julio de 1993, la descontrolada deforestación amenazaba el futuro de la economía de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela, según un estudio del Instituto
Interamericano de Ciencias Agrícolas (IICA)
Interamericano de Ciencias Agrícolas (IICA)
El director general del IICA, Martín Piñeiro proclamó que en el período comprendido entre 1988 a 1993, fueron deforestados 250.000 kilómetros cuadrados en la zona de influencia del Amazonas. Ese territorio, en vías de destrucción para la agricultura, equivale a un tercio de Colombia, Perú o Bolivia, más de la mitad de Paraguay y es más grande que Surinam y Guyana.
Las ocho naciones de mayor influencia del Amazonas se comprometieron a llevar a la práctica un plan de desarrollo sostenible. En este sentido, con el apoyo del IICA, crearon el Programa Cooperativo de Investigación y Transferencia Tecnológica para los Trópicos Suramericanos (Procitrópicos)
“Todo el territorio de los bosques tropicales, sabanas y pié de monte puede ser salvado”, diagnosticó el director general del IICA al referirse a la capacidad de las ocho naciones de aprovechar los recursos de la tecnología, los avances de la biología, las telecomunicaciones la física y la informática para fomentar métodos de uso productivo de la tierra y la preservación de la naturaleza y sus especies. Existen conocimientos para conjugar el desarrollo económico en función de su agricultura y agroindustria con la defensa de la naturaleza. De la preservación de la zona, calculada en mil millones de hectáreas, depende el futuro de la economía de las ocho naciones, ya que las pérdidas de los suelos o su desertificación supondrían un grave riesgo para su supervivencia. El 33 por ciento del territorio boliviano pertenece a la región, lo mismo que el 84.5 del brasileño, el 56 por ciento del colombiano, el 38.2 del ecuatoriano, el 91.3 del guyanés, el 58 del peruano, el 78 del surinamés y el 70 del venezolano.
Las estadísticas del Instituto Interamericano de Ciencias Agrícolas indican que unos 80 millones de hectáreas, un sector tan grande como Bolivia o Colombia, se perdieron para la agricultura o están en proceso de desperdiciarse.
La gravedad de la pérdida de las tierras cultivables en los ocho Estados aumenta en la medida en que crece su población, que para el año 2000 se estima en 280 millones de habitantes. A la descontrolada colonización y uso indiscriminado de los suelos deforestados se suman: el desaprovechamiento de las variedades de productos carbohidratados que ofrece la región, a preferencia de la industrialización en lugar de la agricultura y la política de proteccionismo de las naciones industriales, en especial de la Comunidad Europea.
Otro grave rompecabezas que se deriva de la destrucción de las selvas suramericanas es el riesgo, en los próximos 40 años, de la desaparición entre 100.000 y 350.000 especies vegetales. La pérdida de la protección natural de los bosques ya se traduce en problemas concretos, como la amenaza a la palma africana aceitera, las pestes y enfermedades de la fruta, el peligro para la producción de cacao, café (roya del cafeto) y el caucho.
No podemos sino reseñar lo que el Tratado mismo informa: “la colonización espontánea o mal planificada, con el fin de producir cultivos de ciclo corto y desarrollar ganadería extensiva, está conduciendo al acelerado deterioro de algunas áreas de la región, especialmente La Ceja de la Selva de Perú; Rondonia y Acre en Brasil, el nordeste ecuatoriano y el Ariari, Caquetá y Putumayo en Colombia”.
Esencia Ambiental
Sin dramatizar, la Hylea amazónica, con su enorme superficie y complejidad, es la más importante reserva biológica del mundo; hecho que por sí obliga a insistir en su desarrollo definitivo, que tiene que realizarse con modelos ajustados a su ecosistema, de acuerdo con un sólido conocimiento de su oferta de productos y disponibilidad de tecnologías, con el fin de impedir procesos de degradación irreversibles y pérdidas de productividad, con enormes costos sociales, ecológicos y económicos. Por eso antes de cualquier esfuerzo obliga conocerla Hylea amazónica científicamente para no ceder a improvisaciones, publicismos o anuncios oficiales de ocasión.
El Tratado se congeló un decenio para decir que no se había violado porque nadie lo ejecutaba, pero la presión internacional demandó su aplicación por aquello de ratificar la importancia de la conservación genética y biótica, del mantenimiento de los ecosistemas y su biodiversidad, del uso racional y sostenible de los recursos naturales, así como de la promoción y desarrollo de la organización socioeconómica de las poblaciones amazónicas, respetando su identidad cultural, todo ello de acuerdo con las políticas establecidas por cada país amazónico”.
Por lo anterior, se creó la Comisión Especial del Medio Ambiente destinada a obtener un inventario de los recursos naturales y el análisis de la estructura, función y dinámica de los ecosistemas y así asegurar el desarrollo sostenido de la cuenca amazónica, en consonancia con las disposiciones derivadas de la Tercera Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores, que retorna la Declaración de Belén (Brasil, 1980).
Presión demográfica, uso irracional y no planificado de los suelos fueron la constante histórica de gobiernos demoliberales y dictatoriales en la región amazónica. Degradación del suelo y la vegetación, pérdida sustancial de la fertilidad, menor productividad, disminución por área de la oferta de alimentos y materias primas primarias, emigración continua dentro del área hacia los centros urbanos y concentración (latifundios, semifeudos) de tierras, son las iníciales de otra hecatombe mundial que se prevé para el futuro de las nuevas generaciones de conciudadanos amazónicos, de no existir conciencia colectiva sobre la riqueza ambiental de la región.
Sin embargo, el Pacto se configuré por la tradición que sostenía que la planicie amazónica constituía una gigantesca opción para el desarrollo agropecuario, mediante la transformación de la cobertura forestal en dehesas y cultivos; siguiendo para ello técnicas utilizadas con éxito en otras regiones.
DISCURSOS INTEGRACIONISTAS ENTRE COLOMBIA Y BRASIL.
Digamos que los ex presidentes José Sarney del Brasil y Virgilio Barco Vargas de Colombia revivieron el Tratado y sentaron una posición, que no obstante a sus grandes lagunas en otras áreas, justificaron sus mandatos.
En su discurso en Manaos, el ex presidente Sarney señalaba:
La Amazonia constituye un objeto de fascinación universal. Su misterio, grandeza y dimensiones míticas han exaltado imaginaciones en todo el mundo; y además codicia”.
Desde el inicio de la conformación política de América del Sur, la Amazonia ha sido el blanco de la ambición mundial. La tesis de su internacionalización no es novedosa, ni va a desaparecer (ojalá el modelo de desarrollo no lo contradiga). Ella surge y resurge, y adquiere mayores o menores contornos según nuestra capacidad de reaccionar. Si vacilamos o no -tenemos la determinación de rnantenerla conservada y soberana, o ella será destruida como lo han sido todas las tierras ocupadas por la acción de los imperios.
Sarney agrega: Otro de nuestros documentos, también de principio de siglo, es el del Secretario de Estado John Hay, que decía: “no veo peligro para la soberanía de las naciones americanas, en el hecho de que compañías industriales se instalen para el desarrollo de las tierras que yacen incultas”
Más adelante nos trae un testimonio de advertencia: Documento reciente, que ha partido de un poderoso grupo con extensas ramificaciones internacionales, afirma que la Amazonia total, cuya mayor área queda en Brasil y abarcando también territorios venezolano, colombiano y peruano, es considerada por nosotros como un patrimonio de la humanidad. La posesión de esa inmensa área por los países citados es meramente circunstancial”. Y prosigue: “es nuestro deber garantizar la preservación de la Amazonia y de sus habitantes aborígenes, para su disfrute por las grandes civilizaciones europeas cuyas áreas naturales están reducidas a un limite crítico”.
En la misma reunión de Manaos, el entonces Presidente Virgilio Barco Vargas expresó algo que puede ser el paso para la condonación de la deuda externa de los países amazónicos, si no pervierte el modelo de desarrollo económico:
“Los países industrializados tienen una deuda ecológica con la humanidad que pretenden evadir imponiendo restricciones al desarrollo social y los recursos naturales que están ubicados en las naciones del Tercer Mundo. En menos de dos siglos, el modelo agresivo y devastador de explotación de los recursos naturales en las naciones industrializadas, no sólo arrasó con la fauna y los bosques de Europa y Norteamérica, sino que prácticamente llevó a la extinción a la población indígena y las razas autóctonas”
Y continúa: “en aras de la ganancia y el crecimiento, estos países (industriales) destruyeron el grueso de sus recursos naturales renovables, sin reparar para nada en las inmensas consecuencias y costos que traería para toda la humanidad su falta de conciencia ecológica. Es cierto que ellos construyeron un alto nivel de vida para sus sociedades, pero a costa del deterioro del medio ambiente para todas las demás gentes del mundo. La destrucción de la capa de ozono, la contaminación de los mares, la lluvia ácida, las modificaciones climáticas, las pruebas y los desastres nucleares, son sólo los más evidentes efectos de un desarrollo sin control en las naciones industrializadas. Ellas están en deuda con nosotros, con toda la humanidad. No pueden aspirar a que nosotros paguemos esa deuda inmensa e incuantificada, sacrificando las posibilidades de progreso de nuestros pueblos”.
Para apuntar tan solo un aspecto más de la interesante exposición del ex presidente Barco en 1989, preguntémonos como caerían a los promotores de la internacionalización y desnacionalización del Estado estas palabras:
“Existen experiencias alentadoras en Colombia y en otros países que nos permiten pensar que la conjugación entre ecología y desarrollo es evidentemente posible. Alcanzar este objetivo requiere de una activa y vigilante intervención del Estado en las decisiones tecnológicas, en el uso del suelo y en la utilización de los recursos naturales renovables y no renovables, de manera que garantice el desarrollo del potencial productivo sin sacrificar la protección del medio ambiente”
Ahora se pretende confiar en el libertinaje de la empresa extranjera para que defienda nuestros derechos porque la industria nacional tendrá que mixturarse o desaparecer. Feliz capitalismo popular ¿O contra-popular?
El Tratado es urgente aplicarlo con los organismos establecidos en su resurrección para beneficio de nuestros pueblos y con la conciencia de enfrentar lo acaecido en el decenio pasado: la tala de bosques que alcanzó una dimensión universal en los ochenta. América Latina y el Caribe, exclusivamente, perdieron anualmente -según la FAO-, 50 mil kilómetros cuadrados de sus selvas: Y el más grande pulmón de la Tierra, la Amazonia, tuvo que soportar la ofensiva destructora de colonos, mineros y maquinaria oficial, tumbando trocha para abrir carreteras.
Nuestro medio ambiente esta muy deteriorado gracias a nosotros mismos, es preciso que tomemos conciencia que se necesita un cambio pero sin hacer daño a nuestro planeta.
ResponderEliminarANALISIS: INTEGRACION AMBIENTAL Y CRECIMIENTO ANDINO EN LA AMAZONIA:
ResponderEliminarOPOSICION A LA VIDA: AUNQUE NO TODOS SON ENEMIGOS DIRECTOS DE LA ECOLOGIA, EXISTEN VARIOS FACTORES QUE MENOSCABAN SU EQUILIBRIO, PONEN EN PELIGRO A LOS SERES VIVOS Y ESTAN TRANSFORMANDO NEGATIVAMENTE LAS CONDICIONES NORMALES DEL PLANETA.
EL MUNDO SE HA CONVERTIDO EN UN BASURERO DE TOXICOS QUE AMENAZA A COMUNIDADES ENTERAS, CONTAMINA LOS MARES Y EL SUELO PRODUCIENDO EFECTOS ADVERSOS INMEDIATOS Y FUTUROS.
ESTADOS UNIDOS PRODUCE 240 MILLONES DE TONELADAS METRICAS DE RESIDUOS TOXICOS Y EN EL MERCADO EXISTEN MILES DE COMPUESTOS QUIMICOS, CUYOS EFFECTOS NO SE HAN DETERMINADO TODAVIA. PERO ESA CONTAMINACION NO SE DA SOLO EN LA GRAN INDUSTRIA, SE PRESENTA EN EL PROCESO DE ALIMENTOS, COSMETICOS MEDICINAS Y PESTICIDAS. LOS PAISES DESARROLLADOS NO DESCONOCEN EL PELIGRO QUE OCASIONAN AL ENTERRAR LOS RESIDUOS O AL BOTARLOS EN BASUREROS, SIMPLEMENTE IGNORAN EL PROBLEMA, PUES ES EVIDENTE QUE LA LIMPIEZA DE ESOS VERTEDEROS RESULTA COSTOSA. POR ESO SURGIO UNA NUEVA ECONOMIA SUBERRANEA DE LOS FLETES CLANDESTINOS, QUE LLEVAN SUS DESPERDICIOS A PAISES EN VIA DE DESARROLLO, CARENTES DE LEYES RESTICTIVAS EN ESE SENTIDO E IGNORANTES DE SUS GRAVES CONSECUENCIAS.
LA AMENAZA A LOS RECURSOS NATURALES Y LA BIODIVERSIDAD Y TENIENDO EN CUENTA QUE LA AMAZONIA QUE POSEE 60% DE LA COMPOSICION BIOLOGICA DEL PLANETA, DE LA CUAL CORRESPONDE A LOS PAISES BOLIVARIANOS EL 35% CONSTITUYE EL REAL “PULMON” DE LA TIERRA. A PESAR DE XISTIR UN TRATADO PARA SU CONSERVACION, SE CONTINUA DESMONTANDO SU SELVA. TENIENDO EN CUENTA ESTE GRAVISIMO DAÑO AL MEDIO AMBIENTE, SE DEBE ACUDIR A UNA INDUSTRIALIZACION, EMPRESA, ECOTURISMO Y TURISMO SOSTENIBLE Y COMO BEN LO DICE EL DOCTOR GERNEY “ APRENDER QUE SIGNIFICA UN NEGOCIO VERDE”: PARA SER VERDE SE NECESITA DESARROLLAR UNA ACTITUD HACIA LA SOSTENIBILIDAD Y LAS BUENAS PRACTICAS QUE SE PUEDEN INCORPORAR EN NUESTRA VIDA COTIDIANA. CAMBIAR LA FORMA DE OPERAR, DESARROLLAR, PRODUCIR Y SUMINISTRAR PRODUCTOS Y SERVICIOS, BUSCANDO SIEMPRE TENER UN IMPACTO POSITIVO SOBRE EL MEDIO AMBIENTE.
JAIRO PARDO
ADMON LOGISTICA Y HABILIDADES GERENCIALES
STA AGUEDA