COLOMBIA ENCABEZA LOS CIVETS


gerneyriosgonzalezeficiencia@gmail.com

La civeta es un pequeño mamífero nocturno, pariente lejano de los gatos y vive en las selvas de Asia y África. La variedad que habita en Indonesia y Filipinas se alimenta de granos de café, que al pasar por el tracto digestivo y ser expulsados por el animal se convierten, después de haber sido técnicamente lavados, en el ‘tinto’ más cotizado y sofisticado del mundo: 40 dólares la taza o más de mil dólares la libra en Nueva York.

Pero esa no es la razón por la cual el Paradoxurus hermaphroditus, que es su nombre científico, merece ser destacado. El motivo tiene que ver con un término acuñado por Michael Geoghegan, presidente del banco anglochino HSBC, en un discurso pronunciado en la Cámara de Comercio de Hong Kong. El 10 de abril de 2010 sostuvo que en la década que comienza hay que prestarle atención a un grupo de economías emergentes, a las que calificó como los Civets (Civetas, en español).

El acrónimo comprende a un conjunto de países integrado por Colombia, Indonesia, Vietnam, Egipto, Turquía y Sudáfrica. Para Geoghegan, cada una de esas naciones tiene una población de buen tamaño, joven y en crecimiento, además de un sector productivo dinámico y diverso. Todas identificadas por contar con un sistema político estable y futuro brillante. Por tal motivo, “cualquier compañía con ambiciones globales debe actuar ahora en relación con esos mercados. (…) Hay que ir a donde están los negocios”, sostuvo el banquero.

Los Civets reflejan la cada vez más firme convicción de los analistas sobre cambios geoeconómicos en el planeta. Y es que si hasta hace poco los motores del desarrollo global estaban ubicados en Estados Unidos y Europa, todo indica que el liderazgo muda de aires.

Primero fueron los Bric, sigla que representa a Brasil, Rusia, India y China. Ahora, a ese club, hay que sumarle este sexteto.

Es notorio el repunte de las economías emergentes. China ha vuelto a una tasa de crecimiento de dos dígitos, América Latina supera el 4,5 por ciento en el 2010, según la Cepal. En contraste, la cifra para la Unión Europea es cercana al 1 por ciento, mientras que Japón no mejora. De acuerdo con estimaciones del Fondo Monetario Internacional, al finalizar la primera década de esta centuria, mientras el PIB de los países más ricos avanzó en 2,3 por ciento, el de los emergentes fue 6,7 por ciento, en promedio.

Es destacable que Colombia, con vocación en el Pacífico y el Atlántico, el mismo país que fuera considerado un “Estado fallido” a comienzos del presente siglo, entre a encabezar los Civets. El grupo, sin duda, es heterogéneo, pues las diferencias étnicas, culturales, geográficas y religiosas de sus integrantes saltan a la vista. Sin embargo, a todos sus miembros los une un inmenso potencial en materia geoeconómica.  Indonesia y Vietnam con influencia en el Pacífico. Egipto y Turquía, cohesionados por el Mar Mediterráneo y Suráfrica, vaso comunicante entre el Atlántico y el Índico.    



GEOPOLÍTICA AMBIENTAL DE LA AMAZONIA


GERNEY RIOS GONZALEZ
riosgonzalezgerney@gmail.com



Concepto bifocal GRAN-Brasil

No es un secreto el espíritu soberano que anima al Brasil, ni a política de consolidación brasilera en la Amazonia, lo cual ha traído como resultado un estrategia de desarrollo en la zona, que obedece a una concepción geopolítica, con un punto focal: Brasilia.
Los intereses de Colombia y los países bolivarianos demandan que esta visión sea contextualizada y en consecuencia:
-         Debe promoverse la concepción que el desarrollo de la Amazonia está fundamentado por dos polos y un eje. Los dos polos son los Andes con sus centros de producción y Brasil con los suyos. El eje común, el Río Amazonas.
-         Y así como Brasil aspira a lograr su salida al Pacífico cruzando los Andes, también las comunidades bolivarianas pueden buscar su puerta al Atlántico atravesando el Amazonas.



El Tratado de Cooperación Amazónica y Grupo Andino

Para auscultar el Amazonas, es preciso analizar el Tratado de Cooperación Amazónica y el Grupo andino. A finales de 1989 se buscó afanosamente, por la presión internacional, que se dilucidara el alcance de este Acuerdo Amazónico firmado por Brasil, Colombia, Bolivia, Ecuador, Venezuela, Perú, Surinam y Guyana, el 3 de julio de 1978.
El tratado se estableció para trabajar en forma conjunta por la protección de la mayor reserva mundial de bosques naturales del orbe. Así  el Pacto Amazónico despertó de sus 10 años de profundo sueño y adopto funciones precisas: Brasil financiará estudios de inventario sobre flora y fauna; Venezuela realizara análisis sobre la biodiversidad de la zona y su dinámica poblacional; Perú estará encargado de los recursos hidrobiológicos; Bolivia de armonizar las legislaciones nacionales en torno del área y Colombia de la gestión de las regiones ecológicas protegidas.
En Colombia durante un seminario se planteó el tema “Futuro de la Amazonia… a 10 años del nuevo milenio” y otro con el titulo de “Mundo Andino al Bosque Húmedo”. Se abordo el complejo problema de la colonización campesina y se concluyó con el lamentable espectáculo de la desincronización en el país para tratar de articular el trabajo de los diferentes sectores académicos dedicados al estudio de esta problemática con el sector gubernamental y las comunidades regionales. Se analizó como el espacio andino y su campesinado son actores centrales del desarrollo latinoamericano y como el proceso de colonización de la Amazonia se realiza de manera indiscriminada, destruyendo bosques para sustituirlos por parcelas que no logran un rendimiento aceptable después de la primera cosecha, o que definitivamente terminan abandonadas o dejadas en pastizales y rastrojo para s venta a la inversión latifundista.
La colonización amazónica no resuelve por si los problemas del campo colombiano ni disminuye, en el mediano plazo, la tendencia a la concentración poblacional en las ciudades. Los costos sociales los llevan los colonos y los nativos indígenas, ancestrales pobladores que ven devastadas sus tierras. La colonización esta fundamentada en la coca y el oro, lo que en tiempo pasado fue la quina, el caucho: simultáneamente se explota la ganadería y el petróleo y no disminuye el tráfico de maderas y pieles. El gobierno colombiano carece de cifras definitivas sobre la destrucción de bosques, pero los datos parciales arrojan un millón de hectáreas anuales.
La particularidad de la Amazonia colombiana es que contiene buena parte de las especies del planeta. Entre tanto, las naciones industrializadas que exterminaron sus bosques en pro de su tecnoeconomía consignan datos sobre la importancia del ecosistema del Amazonas, y persiguen con ansiedad sus recursos de petróleo o flora. Varias ciencias intervienen en el estudio de Amazonas: ecología, genética, biología molecular, bioquímica y todas ellas tendrían un inmejorable campo de acción en el banco genético más importante de la Tierra, por la profusión de toda suerte de productos que la industria y el comercio de las grandes potencias vive buscando afanosamente.
El Tratado de Cooperación Amazónica se ha presentado como un esfuerzo autónomo de los Estados que lo constituyen; y a nivel oficial, como una respuesta a las retenciones internacionales de entrometerse en algo que nos es propio: la autodeterminación y soberanía territorial en la región y la cuenca del Amazonas. Un pacto que en esencia se aleja del modelo de desarrollo impuesto: la internacionalización de la economía.
¿Y cuál fue la chispa que suscitó la importancia amazónica a nivel internacional? Simplemente el temor mundial entorno a la destrucción  del bosque tropical amazónico, con graves consecuencias para el ecosistema del planeta, lo cual provocó diversos pronunciamientos en los países industrializados para proteger una de las más grandes, o quizás -la única que queda-, riqueza natural del planeta.
Este problema ha sido calificado como“una de las más grandes tragedias de la historia” y la Revista “Time” incluyó en su edición del 18 de septiembre de 1989, un artículo bajo el título ‘Torching the Amazon”.
El Tratado lo suscribieron los países andinos junto a Brasil,  Surinám y Guyana, con la convicción que la deuda externa es la que obstruye no sólo el porvenir de la Amazonia sino la integración  de América Latina, con una precisión geográfica: la región Amazónica es  ligeramente mayor que la cuenca del Río Amazonas, con una- superficie total de 7’186.750 km2, de los cuales 6.3 millones son de área forestal.
La selva amazónica representa el 56% del total mundial de bosques latifoliados; y aproximadamente el 3% del área, o sea 22 millones de hectáreas, ha sido declarada zona protectora, a la cual deben sumarse las reservas nativas o indígenas.
La deforestación hasta 1985, con la tesis económica demoliberal  manchesteriana del dejar hacer- fielrnente practicada por gobiernos  demoliberales y dictaduras militares- era estimada en 79.6 millones de hectáreas (12,6% del área forestal). Durante la década de los
años 80 se perdieron en la región unos 5.7 millones de hectáreas anuales. De los territorios deforestados, sobre todo por los flujos de colonización descontrolada, el 1.5 por ciento sufre la desertización de los suelos, principalmente al pie de monte y las sabanas, caracterizadas por las llanuras secas y la vegetación baja.
En julio de 1993, la descontrolada deforestación amenazaba el futuro de la economía de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela, según un estudio del Instituto
Interamericano de Ciencias Agrícolas (IICA)
El director general del IICA, Martín Piñeiro proclamó que en el período comprendido entre 1988 a 1993, fueron deforestados 250.000 kilómetros cuadrados en la zona de influencia del Amazonas. Ese territorio, en vías de destrucción para la agricultura, equivale a un tercio de Colombia, Perú o Bolivia, más de la mitad de Paraguay y es más grande que Surinam y Guyana.
Las ocho naciones de mayor influencia del Amazonas se comprometieron a llevar a la práctica un plan de desarrollo sostenible. En este sentido, con el apoyo del IICA, crearon el Programa Cooperativo de Investigación y Transferencia Tecnológica para los Trópicos Suramericanos (Procitrópicos)
“Todo el territorio de los bosques tropicales, sabanas y pié de monte puede ser salvado”, diagnosticó el director general del IICA al referirse a la capacidad de las ocho naciones de aprovechar los recursos de la tecnología, los avances de la biología, las telecomunicaciones la física y la informática para fomentar métodos de uso productivo de la tierra y la preservación de la naturaleza y sus especies. Existen conocimientos para conjugar el desarrollo económico en función de su agricultura y agroindustria con la defensa de la naturaleza. De la preservación de la zona, calculada en mil millones de hectáreas, depende el futuro de la economía de las ocho naciones, ya que las pérdidas de los suelos o su desertificación supondrían un grave riesgo para su supervivencia. El 33 por ciento del territorio boliviano pertenece a la región, lo mismo que el 84.5 del brasileño, el 56 por ciento del colombiano, el 38.2 del ecuatoriano, el 91.3 del guyanés, el 58 del peruano, el 78 del surinamés y el 70 del venezolano.
Las estadísticas del Instituto Interamericano de Ciencias Agrícolas indican que unos 80 millones de hectáreas, un sector tan grande como Bolivia o Colombia, se perdieron para la agricultura o están en proceso de desperdiciarse.
La gravedad de la pérdida de las tierras cultivables en los ocho Estados aumenta en la medida en que crece su población, que para el año 2000 se estima en 280 millones de habitantes. A la descontrolada colonización y uso indiscriminado de los suelos  deforestados se suman: el desaprovechamiento de las variedades  de productos carbohidratados que ofrece la región, a preferencia de la industrialización en lugar de la agricultura y la política de proteccionismo de las naciones industriales, en especial de la Comunidad Europea.
Otro grave rompecabezas que se deriva de la destrucción de las selvas suramericanas es el riesgo, en los próximos 40 años, de la  desaparición entre 100.000 y 350.000 especies vegetales. La pérdida de la protección natural de los bosques ya se traduce en problemas concretos, como la amenaza a la palma africana aceitera, las pestes y enfermedades de la fruta, el peligro para la  producción de cacao, café (roya del cafeto) y el caucho.
No podemos sino reseñar lo que el Tratado mismo informa: “la colonización espontánea o mal planificada, con el fin de producir cultivos de ciclo corto y desarrollar ganadería extensiva, está conduciendo al acelerado deterioro de algunas áreas de la región, especialmente La Ceja de la Selva de Perú; Rondonia y Acre en Brasil, el nordeste ecuatoriano y el Ariari, Caquetá y Putumayo en Colombia”.



Esencia Ambiental

 Sin dramatizar, la Hylea amazónica, con su enorme superficie y complejidad, es la más importante reserva biológica del mundo; hecho que por sí obliga a insistir en su desarrollo definitivo, que tiene que realizarse con modelos ajustados a su ecosistema, de acuerdo con un sólido conocimiento de su oferta de productos y  disponibilidad de tecnologías, con el fin de impedir procesos de degradación irreversibles y pérdidas de productividad, con enormes costos sociales, ecológicos y económicos. Por eso antes de cualquier esfuerzo obliga conocerla Hylea amazónica científicamente para no ceder a improvisaciones, publicismos o anuncios oficiales de ocasión.
El Tratado se congeló un decenio para decir que no se había violado porque nadie lo ejecutaba, pero la presión internacional demandó su aplicación por aquello de ratificar la importancia de la conservación genética y biótica, del mantenimiento de los ecosistemas y su biodiversidad, del uso racional y sostenible de los recursos naturales, así como de la promoción y desarrollo de la organización socioeconómica de las poblaciones amazónicas, respetando su identidad cultural, todo ello de acuerdo con las políticas establecidas por cada país amazónico”.
Por lo anterior, se creó la Comisión Especial del Medio Ambiente destinada a obtener un inventario de los recursos naturales y el análisis de la estructura, función y dinámica de los ecosistemas y así asegurar el desarrollo sostenido de la cuenca amazónica, en consonancia con las disposiciones derivadas de la Tercera Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores, que retorna la Declaración de Belén (Brasil, 1980).
Presión demográfica, uso irracional y no planificado de los suelos fueron la constante histórica de gobiernos demoliberales y dictatoriales en la región amazónica. Degradación del suelo y la vegetación, pérdida sustancial de la fertilidad, menor productividad, disminución por área de la oferta de alimentos y materias primas primarias, emigración continua dentro del área hacia los centros urbanos y concentración (latifundios, semifeudos) de tierras, son las iníciales de otra hecatombe mundial que se prevé para el futuro de las nuevas generaciones de conciudadanos amazónicos, de no existir conciencia colectiva sobre la riqueza ambiental de la región.
Sin embargo, el Pacto se configuré por la tradición que sostenía que la planicie amazónica constituía una gigantesca opción para el desarrollo agropecuario, mediante la transformación de la cobertura forestal en dehesas y cultivos; siguiendo para ello técnicas utilizadas con éxito en otras regiones.



DISCURSOS INTEGRACIONISTAS ENTRE COLOMBIA Y BRASIL.
Digamos que los ex presidentes José Sarney del Brasil y Virgilio Barco Vargas de Colombia revivieron el Tratado y sentaron una posición, que no obstante a sus grandes lagunas en otras áreas, justificaron sus mandatos.
En su discurso en Manaos, el ex presidente Sarney señalaba:
La Amazonia constituye un objeto de fascinación universal. Su misterio, grandeza y dimensiones míticas han exaltado imaginaciones en todo el mundo; y además codicia”.
Desde el inicio de la conformación política de América del Sur, la Amazonia ha sido el blanco de la ambición mundial. La tesis de su internacionalización no es novedosa, ni va a desaparecer (ojalá el modelo de desarrollo no lo contradiga). Ella surge y resurge, y adquiere mayores o menores contornos según nuestra capacidad de reaccionar. Si vacilamos o no -tenemos la determinación de rnantenerla conservada y soberana, o ella será destruida como lo han sido todas las tierras ocupadas por la acción de los imperios.
Sarney agrega: Otro de nuestros documentos, también de principio de siglo, es el del Secretario de Estado John Hay, que decía: “no veo peligro para la soberanía de las naciones americanas, en el hecho de que compañías industriales se instalen para el desarrollo de las tierras que yacen incultas”
Más adelante nos trae un testimonio de advertencia: Documento reciente, que ha partido de un poderoso grupo con extensas ramificaciones internacionales, afirma que la Amazonia total, cuya mayor área queda en Brasil y abarcando también territorios venezolano, colombiano y peruano, es considerada por nosotros como un patrimonio de la humanidad. La posesión de esa inmensa área por los países citados es meramente circunstancial”. Y prosigue: “es nuestro deber garantizar la preservación de la Amazonia y de sus habitantes aborígenes, para su disfrute por las grandes civilizaciones europeas cuyas áreas naturales están reducidas a un limite crítico”.
En la misma reunión de Manaos, el entonces Presidente Virgilio Barco Vargas expresó algo que puede ser el paso para la condonación de la deuda externa de los países amazónicos, si no pervierte el modelo de desarrollo económico:
“Los países industrializados tienen una deuda ecológica con la humanidad que pretenden evadir imponiendo restricciones al desarrollo social y los recursos naturales que están ubicados en las naciones del Tercer Mundo. En menos de dos siglos, el modelo agresivo y devastador de explotación de los recursos naturales en las naciones industrializadas, no sólo arrasó con la fauna y los bosques de Europa y Norteamérica, sino que prácticamente llevó a la extinción a la población indígena y las razas  autóctonas”
Y continúa: “en aras de la ganancia y el crecimiento, estos países (industriales) destruyeron  el grueso de sus recursos naturales renovables, sin reparar para nada en las inmensas consecuencias y costos que traería para toda la humanidad su falta de conciencia ecológica. Es cierto que ellos construyeron un alto nivel de vida para sus sociedades, pero a costa del deterioro del medio  ambiente para todas las demás gentes del mundo.  La destrucción de la capa de ozono, la contaminación de los mares, la lluvia ácida, las modificaciones climáticas, las pruebas y los desastres nucleares, son sólo los más evidentes efectos de un desarrollo sin control en las naciones industrializadas. Ellas están en deuda con nosotros, con toda la humanidad. No pueden aspirar a que nosotros paguemos esa deuda inmensa e incuantificada, sacrificando las posibilidades de progreso de nuestros pueblos”.
Para apuntar tan solo un aspecto más de la interesante exposición del ex presidente Barco en 1989, preguntémonos como caerían a los promotores de la internacionalización y desnacionalización del Estado estas palabras:
“Existen experiencias alentadoras en Colombia y en otros países que nos permiten pensar que la conjugación entre ecología y desarrollo es evidentemente posible. Alcanzar este objetivo requiere de una activa y vigilante intervención del Estado en las decisiones tecnológicas, en el uso del suelo y en la utilización de los recursos naturales renovables y no renovables, de manera que garantice el desarrollo del potencial productivo sin sacrificar la protección del medio ambiente”
Ahora se pretende confiar en el libertinaje de la empresa extranjera para que defienda nuestros derechos porque la industria nacional tendrá que mixturarse o desaparecer.  Feliz capitalismo popular ¿O contra-popular?
El Tratado es urgente aplicarlo con los organismos establecidos en su resurrección para beneficio de nuestros pueblos y con la conciencia de enfrentar lo acaecido en el decenio pasado: la tala de bosques que alcanzó una dimensión universal en los ochenta. América Latina y el Caribe, exclusivamente, perdieron anualmente -según la FAO-, 50 mil kilómetros cuadrados de sus selvas: Y el más grande pulmón de la Tierra, la Amazonia, tuvo que soportar la ofensiva destructora de colonos, mineros y maquinaria oficial, tumbando trocha para abrir carreteras.

USA nos usa

NICARAGUA AMBICIOSO USAdo.


GERNEY RIOS GONZALEZ
riosgonzalezgerney@gmail.com

La Nueva Granada había perdido su soberanía absoluta sobre las costas de Veraguas, gracias al Laudo Arbitral de Loubet, presidente de Francia en 1900, confirmando mandato de la Corona de España referente a los islotes situados en medio de la Costa de Mosquitos y el Istmo de Panamá, resaltándose Mangle Chico, los cayos de Albuquerque, Mangle Grande y las islas de San Andrés y Providencia. Pero la desmembración de Panamá en 1903 ocasionó la privación de territorios con Costa Rica, producto de la habilidad diplomática de sus funcionarios. Empero, Colombia mantuvo dominio, soberanía y jurisdicción en las islas mencionadas.

Cuatro acciones auténticas ratifican íntegramente la supremacía colombiana respecto a San Andrés y Providencia, así como de su entorno  inmediato:
La Jurisdicción y autoridad practicada por Colombia durante dos centurias, de manera pacífica y permanente.
El Tratado Esguerra-Bárcenas, suscrito el 24 de marzo de 1928, aprobado por los  congresos de Colombia a través de la ley 93 de 1928 y por el  de Nicaragua  el 6 de marzo de 1930, siendo canjeadas las respectivas ratificaciones el 5 de mayo de 1930.
La Real Orden de 1803, contundente y específica en su mandato: “las Islas de San Andrés y la Costa Miskita quedan segregadas de la Capitanía General de Guatemala y dependiente del Virreinato de la Nueva Granada”
La libre y espontánea autodeterminación del pueblo de San Andrés y Providencia en 1822, cuando proclamó su adhesión a la constitución de Villa del Rosario de Cúcuta el 30 de agosto de 1821 – decimoprimero de la independencia-.
Por iniciativa colombiana se planteó el arreglo del diferendo limítrofe con Nicaragua a fin de dirimir la crisis, encontrando nuestros diplomáticos que ese país “había arrendado por cien años” los islotes a Estados Unidos. Lo único que pudo hacer el negociador colombiano Raimundo Rivas fue aceptar la posesión de hecho ejecutada por el Estado centroamericano. Argumentos de derecho internacional esgrimidos en el asunto carecieron de valor ante la realidad cumplida.
El  Tratado Esguerra-Bárcenas entre Colombia y Nicaragua data del 24 de marzo de 1928 y en él se contempla la pérdida de territorios en el Océano Atlántico, vitales para la estructura de nuestro país. El 4 de febrero de 1980 la Junta de Reconstrucción Nacional en nombre del gobierno sandinista promulgó una declaración acusando el tratado en mención, con la argucia de que dicho instrumento era nulo y por tanto invalido. A la denuncia del FSLN, se presentó el volumen titulado “Libro Blanco”, un oscuro cúmulo de documentos, pruebas, escrituras y títulos, que demuestran los supuestos derechos que asisten a Nicaragua para defender y mantener la integridad de sus extensiones insulares y la plataforma continental.
Las ambiciones de Nicaragua no terminan. Por diferentes canales pretenden propiedad y soberanía en San Andrés islas y los cayos de Roncador y Quitasueño. Muchas escaramuzas armadas ha protagonizado Nicaragua para estas reclamaciones, que si se vuelve a la cobardía de lustros precedentes puede coronar, ante la pusilánime actitud que siempre Colombia ha exhibido en defensa de su patrimonio territorial.
Nicaragua apetece añadir a su espacio el archipiélago de San Andrés y Providencia, desconociendo el tratado suscrito el 24 de marzo de 1928, al denunciarlo y declararlo nulo e invalidarlo en forma unilateral, codicia que tiene su génesis en 1980.
Con la conformación de un bloque de apoyo en sus pretensiones, para presentarlas como aspiración centroamericana, Nicaragua ejerce presión sobre Honduras  y Costa Rica para que no ratifiquen los Tratados Ramírez Ocampo-López de 1986, Lloreda-Gutiérrez de 1984 y Fernández – Faccio de 1977, referentes a aguas marinas y submarinas suscritos con Colombia, influencia que ha tenido éxito pues las dos repúblicas expresaron abiertamente que no revalidarán lo convenido hasta tanto se reconsidere el pretendido diferendo.
 Juego Vásquez
Los derechos colombianos en territorios del Atlántico datan de las Cédulas Reales de 1789 y 1803, y en el gobierno de Santander, época en la cual se afianzó la soberanía colombiana en esos espacios, llegando hasta la costa de Mosquitos donde ejerció dominio y propiedad. El laudo arbitral de Loubet, presidente de Francia, otorgó autoridad a Colombia en dichos cayos y en las islas de San Andrés y Providencia, al oeste del meridiano 82 GMT.
Existe el Tratado Vásquez – Saccio firmado en septiembre 8 de 1972, por el cual ante el silencio del Congreso,  Cancillería y  Procuraduría General de la Nación, compañías pesqueras de Estados Unidos pueden sacar riqueza ictiologíca de nuestro mar, en aguas jurisdiccionales de las islas. El acuerdo se convirtió en fuerte amenaza para los intereses colombianos, no solo por la integridad del mar territorial y la plataforma continental de San Andrés y Providencia, archipiélago al cual pertenecen los cayos de Roncador y Quitasueño, sino por el estilo que siempre USA ha empleado en sus tratados, caso México y la separación de Panamá.
Puntos a considerar referente al Tratado Vásquez – Saccio:
La cláusula primera dice que Estados Unidos renuncia a reclamar soberanía sobre los cayos de Roncador, Quitasueño y Serrana.
Tras la entrega de Panamá en 1903, barcos de bandera USA anclaban en Roncador, Quitasueño y Serrana. Hacían alto viniendo de la base militar de Guantánamo en Cuba. El gobierno de Washington afanó a Colombia para la construcción de faros que facilitaran la navegación en aguas del Atlántico. Estados Unidos motu proprio levantó esos focos. Ahí se sintió nuestra protesta que originó la firma del “Convenio Olaya-Kellogs” de 1928.
La segunda parte de dicho documento sostiene “en reconocimiento del hecho que ciudadanos y buques de Estados Unidos y de Colombia están actualmente dedicados a la pesca…”, lo que equivale a decir que ese país legalizó una situación de hecho, aflorando nuestra inferioridad tecnológica y logística referente a la captura de camarones.
En el gobierno sandinista, Nicaragua agradeció a Colombia en nota oficial al presidente Belisario Betancourt las gestiones de Contadora en junio de 1986, cuando también formularon descaradas pretensiones sobre San Andrés islas.
La cláusula tercera del Tratado Vásquez – Saccio “garantiza a los ciudadanos y buques de Estados Unidos la continuación de la pesca en aguas adyacentes a estos cayos”, con lo cual queda claro que es Colombia la que asegura a USA derechos, con detrimento y perjuicio de su soberanía marítima.
La cláusula quinta señala “cada uno de los dos gobiernos conviene en que no celebrará, salvo de acuerdo con el otro gobierno, ningún convenio con un Estado que no sea parte del presente tratado mediante el cual puedan ser afectados o menoscabados los derechos garantizados”, colocando a Colombia en desventaja frente al poderoso imperio.
Estados Unidos condicionó la firma del tratado a la cláusula 8ª en el sentido de que siendo trocados los asuntos diplomáticos “derogará automáticamente el canje de notas firmadas en Washington el 10 de abril de 1928”, lo que hacia referencia al permiso dado para mantener un faro en buenas condiciones para la navegación en aguas colombianas, con beneficio de buques pesqueros estadounidenses.
Estudiosos de fenómenos diplomáticos precisan que los tratados de Estados Unidos con Colombia, para el dominio de sus aguas territoriales, establecieron una especie de condominio en el mar, reservándose el derecho de pesca en el archipiélago de San Andrés y Providencia. Estilo de negocio que fue instituido desde los arreglos respecto a Panamá, en el gobierno del presidente Theodore Roosevelt, y el acuerdo Bunau Varilla. La nación imperial venía conspirando y si no, que lo digan los hechos protagonizados por el embajador Harrison en tiempos de Bolívar, por quien sentía especial antipatía, que luego le mereció ser presidente de Estados Unidos.
El Tratado Alfredo Vásquez-Leonard Saccio es aprobado finalmente por el Congreso de Colombia, el 8 de septiembre de 1972, pese a reparaciones que se le hicieron, al rechazo jurídico de profesionales por ser lesivo a nuestro país y comentarios periodísticos en torno al “permiso de pesca” entregado a Estados Unidos.
Son tan absolutos los derechos de pesca concedidos, que se prohíbe cualquier intervención del gobierno, ciudadanos o embarcaciones colombianas en estas actividades, desarrolladas por personas y buques norteamericanos, como lo señala el artículo 3o. del convenio. Conforme al artículo 2o. del tratado y dada la desigualdad existente entre las flotas pesqueras de uno y otro país, no es difícil prever el saqueo y agotamiento de la riqueza ictiológica de nuestros mares, sin que nada puedan hacer las autoridades para evitarlo.
Las condiciones impuestas por Estados Unidos colocaron a Colombia en inferioridad, sin poder legislar acerca del mar territorial adyacente a los cayos de Roncador, Serrana y Quitasueño. La situación se complicó con la expedición de un comunicado del gobierno norteamericano, en el que afirmaba: “los bancos -no los cayos-, conocidos como Quitasueño por estar sumergidos, son considerados de Altamar y no sujetos a reclamaciones de alguna soberanía territorial”.
En tal virtud, Estados Unidos no renunció a ejercer imperio en espacios del área marítima de Colombia, que aparece como letra muerta en la cláusula primera, significando que hubo fallas en la redacción del documento, por cuanto nuestros delegados diplomáticos y de la Cancillería no lo estudiaron detenidamente, para detectar lesivas intenciones de la contraparte.
“Esta tierra es mía”
Persisten los problemas con Nicaragua respecto al Tratado Vásquez Saccio, ratificado durante el Congreso de 1972-1973. No sólo desde el gobierno sandinista, sino con el mandato de Violeta Chamorro, militares del país centroamericano han reclamado “propiedad” en el archipiélago de San Andrés y más de un incidente en aguas territoriales colombianas se ha registrado con naves “nicas”. Existiendo alta tensión y alerta roja, nuestro pueblo ha dicho que sobre los derechos de Colombia en las islas nada hay que hablar, ratificando así su absoluta propiedad y supremacía.
Sin embargo, la coordinada acción de los Estados centroamericanos con Venezuela causó un duro golpe a la política exterior de Colombia, lo que -obligó a diseñar mecanismos eficaces en él ámbito internacional para lograr la ratificación de los tratados de 1977, 1984, y 1986.
Además, la actitud de Nicaragua en el hostigamiento de barcos con bandera colombiana, en el área del Meridiano 82 que es el límite marítimo entre las dos naciones y punto de referencia, respecto a la soberanía de islas, cayos y bancos, que hacen parte del archipiélago de San Andrés, ha generado continuas protestas de nuestros armadores.
El hostigamiento contra compatriotas en ultramar, la migración ilegal, de nicaragüenses hacia nuestra isla y la problemática de la economía subterránea en el archipiélago, hicieron que el Estado diera prioridad para atender los problemas geosocioeconómicos y mantener una capacidad disuasiva que ejerza control en el área, con la creación de guardacostas en San Andrés y la adquisición de una patrullera, destinada exclusivamente a vigilar e incentivar la pesca a los nativos por parte del Instituto Nacional de Pesca y Acuicultura.
“Vientos de guerra”
Objetivo de Nicaragua es la presión permanente hacia Colombia, asimismo, sus dirigentes políticos en el Congreso han atizado la hoguera de un nacionalismo cerrado que busca el respaldo de los vecinos, basados en la publicación del “Libro Blanco”, donde figura San Andrés islas como territorio de su propiedad, desconociendo tratados internacionales.
Las campañas electorales de ese país están signadas por argumentos en contra de Colombia. Ya se han visto algunos líderes del parlamento tomando partido en el asunto, buscando minimizar los problemas socioeconómicos, recabando el nacionalismo y el contenido del “Libro Blanco”, que se enseña, inclusive, en las escuelas públicas.
Las fuerzas navales de Nicaragua han hostigado en más de una ocasión a naves de bandera colombiana en el mar Caribe, alegando irrupción en sus aguas territoriales. Los incidentes son registrados internamente en ese país despertando patriotismo. Pretensiones que tienen respaldo inmediato en el aparato militar.
Continuamente se presentan retenciones de embarcaciones pesqueras, con decomisos, arrestos, violación de los Derechos Humanos y multas a tripulantes y compañías propietarias, arbitrariedades que se efectúan al oriente del Meridiano 82, sin que constituyan vulneración de aguas territoriales nicaragüenses y si, más bien, violación de la soberanía colombiana con grave riesgo de enfrentamientos armados de imprevisible prolongación y repercusiones internas en ambos países.
El Comando Naval de San Andrés islas está encargado de ejercer defensa y soberanía del archipiélago y hacer respetar los límites marinos y submarinos que nos pertenecen de acuerdo al Derecho Internacional.
La intransigente posición de gobiernos de Nicaragua respecto a las reclamaciones hacia Colombia, desconociendo sistemáticamente el Tratado Esguerra-Bárcenas Meneses de 1928, constituye una verdadera amenaza contra la integridad territorial y la soberanía en el Caribe. El endurecimiento de estas exigencias fue notorio en el mandato de Violeta Chamorro, quien amagó con llevar sus pretensiones al Tribunal Internacional de La Haya, ignorando pactos suscritos y alegando que lo convenido se rubricó por presiones de Estados Unidos, cuando el país se hallaba ocupado.
Política de integridad territorial
Colombia, sus gobernantes y líderes tienen la obligación histórica, en los inicios de un milenio revolucionado por la planetarización y la comunicación interactiva, de rectificar  espíritu gregario y entreguista, secular desde la creación republicana, y cohesionar
una auténtica política de soberanía territorial.
En el caso particular de Nicaragua, la nación tiene el imperativo de constituir a nivel del alto gobierno un grupo de estudio para la defensa de los legítimos intereses de Colombia, cuando ese país ha denunciado el tratado de 1928, ante organismos internacionales.
Debe además precisar y determinar la posición geoestratégica de nuestra república en el área del Caribe y Centroamérica, para desarrollar el mandato constitucional de fomentar la integración con la América no imperial, e incluir dentro de la legislación el tratamiento de fronteras marítimas y continuar con el plan de desarrollo de guardacostas en San Andrés y Providencia.
Diseñar un proyecto de progreso a largo plazo, para solucionar las necesidades de la población isleña, es obligación del Estado colombiano, teniendo en cuenta la preservación de las riquezas culturales de los nativos y del medio ambiente.
Colombia tendrá que liderar conversaciones con su entorno del Caribe en temas referentes a la cooperación para contrarrestar la influencia de la economía subterránea, migraciones ilegales y crear mecanismos para impedir el tráfico de armas, generar integración y respeto a los Derechos Humanos.
En la actualidad Colombia cuenta con una superficie total de 2.070.408 kilómetros cuadrados, de los cuales 1.141.748 corresponden solo a las áreas continentales insulares. El Caribe colombiano representa un inmenso potencial explotable en recursos estratégicos equivalente a 538 mil 574 kilómetros cuadrados de áreas marinas y submarinas.
El país posee una extensión marítima de 928.660 kilómetros cuadrados. La entrega casi sistematizada de nuestro suelo, es el peor pecado de lesa patria y al cual concurren conciencias de gobernantes y cancilleres que permitieron el despojo, por la fuerza, vías del entreguismo, servilismo y componendas, para perpetuarse en el poder. La longitud de las fronteras ha decrecido en forma ostensible.

“MARIA” DE JORGE ISAACS SEDUJO A JAPONESES


GERNEY RIOS GONZALEZ
riosgonzalezgerney@gmail.com



Del Imperio del Sol Naciente hace 80 años, llegaron a Colombia campesinos procedentes del Japón a través del Océano Pacífico el más grande del mundo (155 millones 557 mil kilómetros cuadrados de extensión), luego de vender sus propiedades y con capitales productivos para vivir durante 3 años.

¿Qué motivó a los nipones a establecer su residencia principalmente en el Valle y luego en el Tolima?. Una de las lecturas favoritas  de los agrarios japoneses para aprender a hablar en español, fue “María”, novela del escritor Jorge Isaacs Ferrer. Esta excelente obra literaria los sedujo de tal forma, que decidieron quedarse a vivir en los 22 mil 140 kilómetros cuadrados del Valle del Cauca, los 29 mil 308 del Cauca y luego en los 23 mil 562 del Tolima.

Paisajes y riquezas de las tierras narradas en “María”, motivaron a estos líderes del mundo asiático a trabajar y producir con esperanza y pundonor. Además de transmitir sus conocimientos en el sector agrícola, con tecnología, contribuyeron al desarrollo agroindustrial de Colombia.      

El autor de la primera novela romántica en Hispanoamérica, saturada de paisajes y descripciones comarcanas, vivió y murió en tierras tolimenses propiamente en Ibagué, donde residió por varios años con su familia, a orillas del río Magdalena.

Jorge Isaacs Ferrer autor de la inmortal “María”, la cumbre de su obra  literaria que ha merecido estudios críticos en América, Europa y Asia, principalmente Japón, Corea del Sur e Indonesia, fue víctima del paludismo, enfermedad para la cual no había prevenciones médicas efectivas; entregó su alma al Creador en la capital musical de Colombia en 1895. Su periplo vital fue breve.

Isaacs Ferrer nació en Santiago de Cali en 1837; sus estudios primarios los adelantó en la Sultana del Valle y Popayán, para luego terminarlos en Bogotá entre 1848 y 1852.

Sin haber finiquitado el bachillerato, regresó al Valle del Cauca pues sus padres no pudieron costearle los estudios y la idea de viajar a Inglaterra para estudiar medicina, que era su sueño de joven romántico y emprendedor.

En 1854 se enroló en las filas de quienes combatían la dictadura del general José María Melo. A los pocos años fue picado por el bicho del matrimonio y contrajo nupcias con Feliza González Umaña. Para 1860 se hallaba inmerso en la guerra y empuñó las armas para defender el gobierno conservador de Mariano Ospina Rodríguez. El caudillo Tomás Cipriano de Mosquera, cuatro veces presidente de Colombia, era la cabeza visible de la sublevación contra el régimen legal.

La vida de Jorge Isaacs transcurrió entre las armas, los cargos oficiales, la literatura y la poesía. Pasó a la historia con “María”, una obra pergeñada en los paradisíacos lugares del Valle del Cauca y en la idílica hacienda  “El Paraíso”,  hoy monumento nacional, consagrado a  su memoria. La novela ha resistido el paso del tiempo y de la crítica,  de pronto apenas superada por “Cien años de Soledad”, de Gabriel García Márquez, Premio Nóbel de Literatura.

Isaacs Ferrer, que tiene un bien ganado lugar en el corazón de los ibaguereños y la tierra tolimense (tuvo hacienda por los lados del Río Combeima), fue subinspector de los trabajos del camino de Cali a Buenaventura. En ese lapso, hallándose en el  campamento de La Víbora, lo picó el paludismo. Se hallaba en los inhóspitos y selváticos parajes de Dagua. Aprovechaba los descansos y las horas de la noche para  la redacción de su novela, antes que la muerte terminara prematuramente con su vida.

A los 12 meses renunció a este trabajo. Regresó a Cali a seguir en la redacción de “María”. El padre del escritor y poeta, George Henry Isaacs, judío inglés, murió el 16 de marzo de 1861, lo que obligó al joven a dejar de lado sus estudios de  anatomía, botánica y medicina y dedicarse al manejo de las haciendas de su progenitor, sin lograr cancelar las deudas;  entregó esos bienes en administración a su hermano Alcides.

La romántica vida del autor lo trae de nuevo a Bogotá; se instala como comerciante en un almacén de telas, cristalería importada y herramientas. Colocaba anuncios en los periódicos que circulaban en 1864. José María Vergara y Vergara  un ilustre historiador de Colombia y Santa Fe fue su amigo. Lo empujó a publicar su primer libro – Poesías-, ese mismo año; irrumpió en el mundo parroquial de las letras gracias al grupo Mosaico, donde fueron conocidos sus valiosas producciones. Fue congresista por el Tolima de 1868 a 1869. Siendo conservador en 1869 se retiró del partido y se afilió al Radicalismo, actitud que no le perdonaron jamás sus copartidarios hasta el final de sus días. Fue secretario de gobierno del Cauca y a la vez secretario de Hacienda.

Su prodigioso periplo humano lo llevó a representar a Colombia como cónsul general en Chile entre 1871 – 1872 y regresó al país en 1873 organizando la educación en Cali. Preparó profesores, dotó escuelas, se preocupó hondamente por esta organización, especialmente para la mujer. Creó escuelas nocturnas, agrícolas y de oficios. Fue a la vez nombrado superintendente general de Instrucción Pública Primaria del Cauca en 1875 y en el Tolima entre 1883 – 1884.

Jorge Isaacs, activo militante en la política, tuvo sus devaneos con la gloria y la historia de las contiendas civiles colombianas. En  enero de 1880 se autoproclamó Jefe Civil y Militar de  Antioquia.

Sin apoyo del gobierno central y su partido, debió rendirse y fue expulsado de la Cámara. Abandonó la política y se radicó con su  esposa e hijos en Ibagué. El presidente Rafael Núñez lo designó Secretario de la Comisión Científica en 1881; fue explorador a partir de allí; su primer viaje lo hizo desde Santa Fe al Estado del Magdalena; estudió el occidente geográfico y los desiertos de Aracataca, estuvo en la Sierra Nevada de Santa Marta y Guajira; descubrió yacimientos de carbón y cavernas en Cundinamarca con restos humanos; en 1886 recorrió Sevilla, Aracataca, Fundación, Montería, Ronda y Masuga, y encontró minas de hulla, petróleo y fosfato de cal.

Retirado de la vida pública se dedicó a la literatura y a la terminación de su inmortal y célebre novela “María”. Volvió a Ibagué al lado de su familia y en 1867  publicó por vez primera su obra en el círculo intelectual de Bogotá.

Jorge Isaacs, poeta y escritor, una de las glorias de las letras colombianas nació el 1 de abril de 1837; su padre fue propietario de las haciendas “La Manuelita” y “El Paraíso”; en esta última se desarrolla la novela, los amores de dos jóvenes, Efraín y María, amor puro, romántico, eterno; el novio viaja a Europa a estudiar medicina; cuando regresa para casarse con María se entera de su muerte. Los críticos coinciden que la novela, todo un poema en prosa, es la autobiografía de Jorge Isaacs, a quien el  Norte del Tolima e Ibagué honran desde siempre.

Jorge Isaacs Ferrer ha sido esclarecido por la Patria. Un parque en Cali lo perpetúa con las estatuas de Efraín y María. En algunas ciudades, el bronce da cuenta de su existencia. Los actuales billetes de 50 mil pesos lo destacan con su rostro y espeso bigote, una réplica casi exacta del filósofo alemán  Frederick Nieztche.








ASAMBLEA DEPARTAMENTAL EXALTA LABOR EDUCATIVA DE GERNEY RÍOS GONZÁLEZ EN EL TOLIMA






La Asamblea Departamental del Tolima exaltó la labor que en favor de la educación nacional y regional desarrolla el académico y escritor armerita Gerney Ríos González.

La distinción fue entregada con motivo de la clausura del Diplomado en Gerencia y Elaboración de Proyectos con énfasis en inglés, realizado en los municipios de Guamo, Espinal, Flandes, Coello y Carmen de apicalá, con  cubrimiento para el suroriente tolimense. Se graduaron 620 alumnos.

Este proceso educativo referenciado por el principio “La mejor inversión de una región es la educación” liderado por el catedrático e internacionalista Gerney Ríos González, se ha realizado en veinte municipios del Departamento al más alto nivel docente, sin costos para los participantes.

Los diplomados en distintas áreas del saber se iniciaron hace un  lustro, beneficiando a más de siete mil ciudadanos tolimenses. Han dictado cátedra en sus aulas los conferencistas internacionales Fernando Cardesa García Jefe de la Misión Europea, Wu Chang Cheng Embajador de China,  Mohamed Katabbi Embajador del Reino de Marruecos, y Guido Song Embajador de Corea del sur, entre otras distinguidas personalidades.

El médico Rodrigo Ospitia Garzón presidente de la Duma Departamental al hacer entrega de la Resolución de Honores afirmó que “tiene el Departamento del Tolima en el profesor Gerney Ríos González, a un gran canciller, destacado a nivel nacional e internacional por sus grandes ejecutorías, luchador en la erradicación de las desigualdades, que Ustedes apuntan con mucha razón, en la falta de educación, superada con visión de futuro con estos diplomados en logística, gerencia del servicio y mercadeo y Gerencia de proyectos. Con principios y valores, estamos seguros que vamos a lograrlo para enfrentar los retos del siglo XXI”.

El diputado Ángel María Gaitán Pulido sostuvo que el mundo cambia aceleradamente. “En esto, pienso que los académicos y toda la gente de pensamiento liderados por Gerney Ríos González, nuestro paisano, coinciden que esta centuria es la de los colombianos, donde el Tolima juega papel esencial, basados en el pragmatismo y educación de calidad con diplomados y especializaciones orientados por este educador.

La Resolución de Honores que destaca la constante y fructífera labor académica de Gerney Ríos González es la siguiente:


Asamblea Departamental del Tolima



Presidencia

RESOLUCIÓN NÚMERO 043 DE 2010
(02 de junio)

“Por medio de la cual se hace una Exaltación”

LA MESA DIRECTIVA DE LA ASAMBLEA DEPARTAMENTAL DEL TOLIMA
En uso de sus facultades legales y,

CONSIDERANDO:

Que la Asamblea Departamental de Tolima reconoce la labor que en favor de la educación a nivel nacional y departamental viene desarrollando el escritor, académico e internacionalista Gerney Ríos González.

Que el trabajo que viene desarrollando en este departamento el Escritor Gerney Ríos González, ha beneficiado un gran número de personas, siendo capacitadas en forma solidaria y sin costo alguno, en Diplomados en Gerencia del Servicio y Mercadeo, Gerencia de Ventas, Logística y Globalización, Gerencia y Elaboración de Proyectos con énfasis en Derechos Humanos y Sociología para la paz.

Que el escritor Gerney Ríos González, fue condecorado en el año 2009 por la Unión Europea como líder de la protección y defensa de los Derechos Humanos en América Latina, Grupo Andino y Colombia; el Congreso de la República le confirió la Medalla Luís Carlos Galán Sarmiento de Lucha Contra la Corrupción, entre otras muchas que ha recibido de diferentes entidades.

Que es deber de la Asamblea Departamental del Tolima reconocer los méritos de quienes han ofrendado sus conocimientos y lo mejor de su vida a impartir educación y cultura a nuestro pueblo.

Que es deber de la Asamblea Departamental del Tolima, exaltar a los ciudadanos que con su meritoria trayectoria y aporte al Departamento construyen un mejor futuro para nuestra región y los conciudadanos.

Por lo expuesto;

RESUELVE:

ARTICULO PRIMERO: Exaltar y reconocer la eficiente labor que desarrolla en el sector de la educación el Escritor e Internacionalista Gerney Ríos González.

ARTICULO SEGUNDO: La presente Exaltación será entregada en acto especial, el día 5 de junio del presente año en el Municipio del Espinal, por parte del diputado proponente ANGEL MARÍA GAITÁN PULIDO.

ARTICULO TERCERO: La presente resolución rige a partir de la fecha de su expedición.

COMUNÍQUESE Y CÚMPLASE

Ibagué, 02 de junio de 2010.

RODRIGO OSPITIA GARZÓN
Presidente




RODRIGO DÍAZ MELO                             JUAN CARLOS MENDOZA RAYO
Primer Vicepresidente                                         Segundo Vicepresidente

VOLCÁN MACHÍN ASUSTA TUNEL DE LA LÍNEA

POR GERNEY RIOS GONZALEZ


gerneyriosgonzalez.tolimalider@gmail.com

El dormido volcán Machín cercano a Cajamarca Tolima y de gran influencia en una amplia zona comarcana de otros departamentos limítrofes, es una latente amenaza a la riqueza del entorno.
Es un mal vecino del Túnel de la Línea actualmente en construcción, con inversiones millonarias en dólares, que aliviaría el tránsito de Buenaventura, Armenia, Calarcá, Ibagué e intermedias para conectar Bogotá con el Océano Pacífico y a éste con el Mar Caribe vía Ibagué, Armero, Mariquita, Honda, Barranquilla y el Océano Atlántico.
El volcán Machín es otro “león dormido” por centurias. Su explosión o erupción causaría males sin cuento en el área que lo circunscribe, afectando la producción agropecuaria, lechera y cultivos en kilómetros a la redonda.
Ingenieros y vulcanólogos han pronosticado que de entrar en actividad, semejaría a una macro olla de presión, pues se sabe que su cráter está taponado desde hace muchos siglos y podría la columna de lava y cenizas proyectarse varios kilómetros de altura e irradiar sus productos ígneos a los departamentos vecinos.
El volcán Machín ha sido comparado en potencia al Krakatoa, el Bezymianny, el Monte Santa Elena en Estados Unidos y el Vesubio, este último que sepultó con todos sus moradores contados por miles, las ciudades Pompeya y Herculano, Italia.
Es un peligro para la comarca tolimense, para los departamentos de Quindío, Valle, Risaralda, Cundinamarca que se surten de la agricultura, la ganadería y el cultivo del café.
En 1927 el geólogo alemán Friedlaender, con algunas noticias sobre su existencia, se propuso visitar el volcán Machín y lo catalogó como cráter – Somma o pliniano, nombre con el cual se identifica a las calderas naturales explosivas. La peligrosidad y características de sus erupciones lo hacen temible desde el punto de vista científico y sus productos de fuego y muerte podrían cubrir territorios de Risaralda, Tolima, Quindío, Valle del Cauca y Cundinamarca.
Los expertos consideran que un volcán activo es aquel que por lo menos ha tenido una explosión en 10 mil años precedentes. Hay un registro geológico, que dice que el Machín eruptó por lo menos 6 veces en los últimos 5 mil años. En esas calendas produjo columnas de humo, cenizas y elementos químicos con varios centenares de kilómetros de altura, depositó cenizas con muchos centímetros de espesor en zonas de lo que hoy es la capital del Quindío, Armenia; los flujos piroplásticos con metros de grosor, rellenaron los valles y los ríos que servían de drenaje al volcán y esos “lahares” alcanzaron el cauce del rio Magdalena, construyendo  abanicos fluviales en lo que hoy son los municipios de Espinal, Guamo, Chicoral, Saldaña, Flandes y Girardot.
Los expertos calculan que la última explosión (o erupción) del Machín ocurrió aproximadamente hace 850 años, plasmada en leyendas de los indios “panches” que habitan aun sus proximidades. Los cálculos geológicos indican que este volcán taponado hará una tremenda emisión en fecha indeterminada, arrasando su entorno de miles de kilómetros, para lo cual no se han tomado las medidas de precaución aconsejadas en la protección de vidas humanas, animales y haciendas.
El Machín ha dado muestras de su constante actividad interior en meses anteriores; provocó el éxodo de familias campesinas de sus laderas que semejan promontorios montañosos; en verdad este volcán poco asusta por su composición geográfica, pues es diferente a la concepción que tenemos de los volcanes, en forma de cono y montaña elevada.
La sismicidad ha afectado la población de Cajamarca, hay presencia de fumarolas, se detectan aguas termales dentro del cráter, que salen a la superficie del terreno y existe gas radón en el aire.
Las obras del Túnel de la Línea fueron iniciadas en 2005. Un estudio de impacto ambiental que hizo la firma Gómez Cajiao y Asociados, omitió mencionar el Machín, siendo como es, una amenaza para la población circundante, más de un millón de personas, cosechas, ganadería e infraestructuras de ríos y carreteras.
El único paso de la Cordillera Central es la Línea, en la carretera occidente – centro del país. De erupcionar el Volcán Machín, toda la infraestructura carreteable sufriría el impacto de sus productos de destrucción y fuego. No hay muchas prevenciones para la población de sus alrededores. La mayor parte de los habitantes esta ubicada en el llamado “triangulo de oro”, por la riqueza y producción  de sus zonas. La línea es el único paso de exportaciones e importaciones por el mar Pacífico y hacia el centro de Colombia.
El volcán Machín si colapsara, como es el riesgo probable, aislaría al resto del país al destruir la única carretera que cruza la Cordillera Central. Es un león dormido que esta en actividad continua, sin erupción externa, desde 1998. En los últimos meses los reportes vulcanológicos  señalan un creciente aumento de “su trabajo” interior. En diciembre de 2007 se registraron 381 temblores de poca magnitud; para enero de 2008, fueron detectados 492 movimientos de baja intensidad, en marzo siguiente 80, en abril 747 y en mayo anterior 437. Esos sismos se generan en los quiebres de las estructuras geológicas al interior del Machín, según los estudios conocidos.
De no tomarse las medidas del caso, desaparecerá la Línea, la carretera, los túneles que se construyen con inversiones millonarias, varios departamentos y una densa población sufrirán los errores del desastre, ocurrida la erupción del Machín, considerado uno de los más peligrosos de la tierra, y no en teoría; los hechos de otros siglos así lo demuestran, cuando no había progreso y las ciudades apenas eran un sueño en la mente de sus fundadores.
Es un peligro para el Túnel de la Línea y en general, de la gran carretera que conecta los mercados colombianos. El experto ingeniero Dario Londoño Arango, ex director de Invías y de la Corporación Autónoma Regional elaboró un documento para el Centro de Estudios Miguel Antonio Caro que en algunos apartes señala: “las políticas de ordenamiento territorial deberían tener el cuenta la actividad del volcán Machín en temas como densidad de población y localización de obras de infraestructura estratégica para el país; la comunicación entre el centro, (región andina) y el occidente (pacifico). Esperamos que la tragedia del volcán Arenas – Nevado del Ruiz, que destruyó en un abrir y  cerrar de ojos no se repita, por falta de previsión y atención”.